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1. La palabra rutina se vuelve ajena para ti

Cuando empiezas a vivir en un país extranjero, tu vida rápidamente se vuelve más vibrante. Sientes muchas emociones nuevas difíciles de ignorar. Conoces nuevas personas y te sorprendes con diferentes culturas y modos de vida.

2. Todo sigue igual en tu casa

Cuando vuelves a casa después de un largo período en el extranjero tienes la impresión de que todo sigue igual. Te das cuenta de que mientras tu vida estaba cambiando, nada ocurrió en tu hogar.

3. Tienes la dificultad de expresarte en tu lengua materna

Te acostumbras a hablar en otro idioma hasta tal punto que empiezas a olvidar tu lengua nativa. Cuando estás hablando con tus amigos te das cuenta de que te cuesta encontrar muchas de las palabras que antes usabas con naturalidad. Muchas veces, acabas haciendo una  mezcla de idiomas que poca gente entiende.

4. No puedes expresar todo lo que estás haciendo

    

Cuando la gente te pregunta: ¿cómo va todo? Te faltan palabras para expresarlo. Muchas cosas están ocurriendo en tu vida durante tu estancia en el extranjero, pero parece que no existen suficientes palabras para contar cada experiencia que estás viviendo.

5.  Conoces la libertad

Antes eras libre, pero ahora la libertad que tienes significa algo diferente para ti. Muchas de las cosas o personas con las que pensabas que nunca podrías vivir ya no te importan. Disfrutas tu vida de otra manera, sin ataduras del pasado y siendo un alma libre que descubrirá el mundo.

 6. Vives con dos de todo

 

Cuando empiezas a vivir en otro país, tienes que cambiar tu número de teléfono, emplear una moneda distinta y quizá abrir una nueva cuenta bancaria  Sin embargo, sigues conservando todo lo correspondiente a tu país natal.

7. Haces amigos que se convierten en tu familia

La distancia que se forma entre tu país y el de acogida te impide ir a casa para fechas importantes como Navidad y Año Nuevo. Por eso, ahora los amigos que has hecho en tu nuevo país son como una nueva familia con la que compartes celebraciones importantes.

8. Ver el hogar con otros ojos

Cuando estás viviendo en otro país empiezas a darte cuenta de lo valioso, hermoso y grandioso que es tu lugar de procedencia. Solamente viviendo en el extranjero puedes contemplar el hogar desde otra perspectiva y valorarlo realmente.

9.Comenzarás a ser una persona local

Poco a poco te conviertes en una persona local. Todo empieza aprendiendo la lengua coloquial del día a día y te sientes totalmente integrado cuando logras entender las conversaciones. Llegará un momento en el que ya sabrás cuándo ir al mercado para conseguir las mejores ofertas, encontrarás el bar donde te sientes como en casa…  Sin embargo, nunca podrás ser tan local como los que crecieron allí pero en un momento de tu vida empezarás a actuar como ellos.

10. No tienes un hogar específico

 

Llega un punto de tu vida en el que te preguntan: ¿Cuál es tu hogar? Es posible que no sepas que responder. Algunas personas dicen que el hogar es donde está tu corazón y tienen bastante razón. Para mí el hogar puede ser cada lugar donde tienes tu laptop y encuentras conexión a Wi-Fi.

 Vyara Todorova 


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